“Una obra que está enclavada en el corazón de la yunga, compuesta de 3 hectáreas, tiene 2500 metros cuadrados cubiertos, 15 habitaciones con todo confort y se han proyectado 15 habitaciones más”, adelantó el intendente Javier Noguera en el día de su inaguración, en el que también precisó que la estructura cuenta con dos salas de conferencias, un restaurante para 120 comensales con una cava de vinos, un museo de la cultura de los pueblos originarios  y una pileta climatizada.

“Es una oferta turística que no solamente se abre para nuestra ciudad, nuestra provincia, sino para el mundo, queremos mostrar lo mejor de nuestro pueblo”, remarcó en su discurso el intendente taficeño muy agradecido.

“Se colocaron cerca de mil plantas de estación distribuidas en la zona del acceso y la pileta. También en el sector de la cocina se destinó una huerta con aromáticas”
La historia del edificio

En 1946, a través de la entonces “ayuda social femenina” se dispuso la construcción de un edificio para enfermos de tuberculosis. En 1949, una ley facultó al Poder Ejecutivo a adquirir el predio por compra o expropiación para destinarlo a hotel de turismo ya que no estaba cumpliendo con los fines propuestos.

Ese proyecto no se concretó, por lo que la Municipalidad gestionó la transferencia del edificio para su explotación por el término de 10 años, sin embargo, el estado de abandono y el costo que implicaba refaccionarla hizo que el proyecto quedara en pausa. Fue en la década del 80 que, por fin,  se refaccionó la estructura para que comenzara a funcionar como una hostería municipal. No obstante, el nuevo milenio encontró a la hostería nuevamente abandonada.
Hoy en día luce todo a nuevo, con un confort de primer nivel y disponible para recibir a huéspedes que deseen estar cerca de todo y en la paz de las yungas tucumanas, con el mejor servicio disponible.
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